En el filo de la navaja es un libro hecho de afectos, sobre todo del apego a los objetos a determinados objetos y a sus imágenes. A fin de revisar episodios en los que el arte y la arquitectura se entremezclan con especial intensidad, Enric Llorach acude a la figura del anacronismo como herramienta de aproximación y análisis. Concepto rescatado por George Didi-Huberman para la escritura de la historia, el anacronismo refiere la intrusión de una época en otra, y entre las consecuencias de su puesta en valor se encuentra la legitimación de toda aquella subjetividad que media entre la realidad y su interpretación, entre ellas la memoria y el montaje. Una vez admitido el anacronismo, la verdad como tal en su acepción más racional y autorizada- deja de tener primacía y en su lugar se abre paso una invitación al diálogo.
Así, se examina el Antropoceno colocándolo en relación retrospectiva con las fotografías de Gabriele Basilico, la Spiral Jetty de Robert Smithson o las perforaciones de Gordon Matta-Clark. Se viaja entre los periodos moderno, posmoderno y contemporáneo de la mano de fotógrafos y arquitectos como Henri Cartier-Bresson, Walker Evans, Le Corbusier, Robert Frank, Aldo Rossi, Jeff Wall y Steven Holl. Se reelabora el concepto de la mímesis junto a Rosemary Laing, Francesca Woodman, Andrei Tarkovski, Anna y Eugeni Bach y Eduard Bru. Se matiza el minimalismo de Herzog & de Meuron en los noventa explorando la influencia de la obra plástica de Rémy Zaugg en la de los arquitectos suizos. De la aplicación del método paranoico-crítico de Dalí y su interpretación delirante del LAngélus de Jean-François Millet brota un caudal formal inesperado que inunda la obra de Rem Koolhaas. Se traza también un puente entre la obra de Andy Warhol y la del pintor alemán Gerhard Richter para mejor interpretar la obra de los arquitectos británicos Caruso St John y Sergison Bates. Entre todas estas iluminaciones cruzadas, Le Corbusier emerge como el verdadero protagonista del libro, presentándose como un arquetipo de lo anacrónico en lugar del ciego apóstol de la modernidad que todos conocemos.