Argumento de En el Abismo del Progreso : los Retos del Siglo Xxi
Para rentabilizar termodinámicamente la inversión realizada en una organización sociopolítica es necesario realizar saltos a niveles de mayor complejidad para evitar que el equilibrio energético se encuentre en una simplificación de las estructuras que conlleve la decadencia o incluso el colapso de una civilización. Así se explica en esta continuación de Ahogarse al borde de la orilla, donde el autor observa en la sociedad actual síntomas preocupantes. Advierte de una ralentización de la ciencia básica, especialmente de la física; analiza la dependencia de los hidrocarburos y la caducidad sin alternativa inmediata de esa fuente de energía, y el estrés al que se está sometiendo a la Tierra, más allá del nivel atmosférico de CO2, en áreas como la biodiversidad, el agua, los suelos y los océanos. Ante eso y una cada vez menor resiliencia de una sociedad basada en la concentración empresarial y la obsolescencia programada, solo cabe una solución: una revolución científica y tecnológica. Es necesario, en definitiva, un cambio de la gobernanza mundial que entienda que a los desafíos energéticos, medioambientales, monetarios o fiscales mundiales solo se puede dar una respuesta global que impida el mantenimiento del insostenible estilo de vida actual de los países desarrollados.1