Una pareja de carniceros adopta a Tristan, un niño deforme que, frente a la hostilidad de los demás, crece refugiándose en la pintura. Lleva un collarín para esconder su malformación, y sólo se expresa con gestos. Las únicas mujeres que lo miran como un ser humano son su madre y su tía, pero Tristan nota algo raro en su actitud hacia él, que se irá confirmando con los años. A pesar de las heridas de la vida, desgarrado por dentro y por fuera, Tristan lucha para imponerse en la sociedad.
Desde la Comuna de 1871 hasta el principio de los años 1920, Tristan descubre el universo de los mataderos y de las galerías de arte, hasta volverse un genio de la pintura. Lienzos color sangre, secretos familiares celosamente escondidos, asesinatos misteriosos, el rojo domina en este fresco histórico con la revolución impresionista como telón de fondo.
Después de Un poco de humo azul y del Vals del Gulag (Ediciones Glénat), Pellejero nos lleva con En carne viva a los barrios populares del París del final del siglo XIX, confirmando una vez más su inmenso talento.