Rachel J. Bladovich se despierta en una cama que no es la suya. Desnuda. Atada. Cualquiera pensaría que es algo excitante. Y lo sería si no fuera porque tiene un ojo hinchado y la cabeza como un bombo. Señales inequívocas de que está metida en un lío.
No recuerda nada. Salvo que vive en Los Ángeles de 1950. Y que es investigadora privada. Y que no le va bien en la vida. Nada bien. Y que, si quiere salir del embrollo, tendrá que recordar qué faldas o qué caso la han llevado a esa situación. Porque, si de algo está segura, es que hay unas faldas, un marido y un caso de por medio.
«En las páginas de En blanco y negro no falta ninguno de los ingredientes de la novela detectivesca clásica: amantes, traiciones, relaciones peligrosas, una buena dosis de acción, humor y romance. Una mezcla perfecta que la autora combina de forma eficaz y tan vívida que a ratos nos parece estar dentro de las películas hollywoodienses a la que rinde un hermoso tributo.» Susana Hernández