Las Embrujadas están fuera de sí. Phoebe añora a Cole, que se ha ido una semana para reflexionar. Piper está agobiada por todo lo que tiene que hacer en casa, como bruja y en el P3, el club nocturno que regenta. Paige todavía se está acostumbrando a su papel de salvadora de los inocentes y está extremadamente sensibilizada con el sufrimiento humano. Al cabo de poco tiempo, Piper empieza a distraerse con unos jóvenes músicos que quieren tocar en el P3, Phoebe inicia una amistad con una compañera de su clase de diseño de páginas web y Paige se entretiene con la gente que va conociendo en el refugio para gente sin hogar al que acude como voluntaria. Sin embargo, no pasará mucho tiempo antes de que las chicas descubran que una fuerza siniestra está trabajando en su contra; Phoebe no consigue recordar las cosas que acaban de ocurrirle, Piper es incapaz de controlar sus emociones y Paige se siente muy, muy cansada.