Ridículo, payaso sin gracia, distinto, extraño, grotesco, excéntrico? ser patético es una lacra que todos en algún momento hemos sufrido en nuestras carnes.
Pero, ¿y si se nos hubiese ocultado hasta ahora una parte del concepto? ¿Y si todo aquello que entendemos como patético fuese tan solo una porción de la idea? ¿Y si existiese otro patetismo más favorable, ocultado hasta la fecha, a nuestro servicio?
A lo largo de Elogio al patetismo el autor recorre esta posibilidad, mostrándonos su concepto del patetismo consciente; disociándolo de la idea tradicional de un comportamiento socialmente punible, y exponiendo el enlace y la articulación que resulta de este concepto con la sociedad, el autoaprendizaje, la humanidad y la libertad.
Según se avanza por la reflexión que contiene el Elogio al patetismo el lector es invitado a poner todo lo que le rodea en duda, a denegar aquello que hasta ahora había dado por supuesto y a construir sus propias respuestas; todos ellos rasgos del hombre liberado accesible mediante el patetismo consciente.
No rechazamos la vida, la miramos de frente y la enfrentamos.