Claudia, una niña de doce años, viaja a Hamburgo junto con su padre por motivos laborales. Allí solo cuenta con un amigo, su primo Edu; apenas sabe unas palabras de alemán y añora su país, España. Pero un día, al caer la tarde, Claudia escucha una melodía que parece provenir del desván. El sonido de un violín, sin duda. Pero... ¿quién lo toca? Con la ayuda de Edu, pronto conocerá a un singular personaje: Franz, un violín Stradivarius con dos siglos de antigüedad, que no ha logrado superar el estreno fallido de un concierto de Mendelssohn, y que necesita ayuda para recobrar la fe en sí mismo.
El violín que estaba triste es un hermoso cuento que, además de cautivar la atención del lector más joven, le ayudará a familiarizarse con el fascinante mundo de la música clásica. Un regalo para toda la vida.