El mensaje de Ilie Cioara es original y único, aunque forzosamente nos recuerda a Kahlil Gibrán, Nisargadatta o Krishnamurti. Cioara nunca viajó a la India y jamás perteneció a ninguna escuela. Su mensaje es claro: practicando el silencio de la mente con toda nuestra atención llegamos a descubrir nuestro potencial interno: somos uno con la Chispa Divina que reside en nuestro interior. No hacen falta maestros, métodos, técnicas ni rituales. De hecho, todos los métodos y todos los rituales vienen de la mente y originan patrones mentales, reforzando de este modo la ilusión y la prisión del ego. Nuestra naturaleza divina es infinita, sagrada y eterna. Pero ningún esfuerzo de la mente ni del ego nos llevan hasta ella. AUTOR Ilie Cioara vivió toda su vida en Bucarest. No perteneció a ningún linaje, viviendo casi totalmente aislado, en un país comunista, sin ningún contacto con las filosofías no-dualistas, con el zen, ni con ninguna otra tradición espiritual. Atraído inicialmente por el misticismo cristiano, estuvo practicando un mantra durante veinte años, hasta que un día sintió el impulso de abandonar su mantra y simplemente practicar el silencio mental, escuchando los ruidos que le llegaban de la calle y viviendo totalmente en el ahora. Tras varios años de realizar esta práctica, una mañana, al despertar, se dio cuenta de que psicológicamente funcionaba de una manera totalmente distinta a la noche anterior. De su mente había desaparecido la agitación habitual. En un estado de serenidad que nunca antes había sentido, se hallaba en perfecta comunión con la totalidad. Sus escritos, recogidos en 16 libros, describen la meditación y la iluminación con un lenguaje totalmente sencillo y accesible a todos.