Ernesto se ve llevado a la mendicidad por el amor que le tiene a su hija María quien, cegada por su marido Mario, toma una decisión que nunca se perdonará, al condenar a su padre a sufrir los sin sabores de vivir en la calle. Elizabeth, una amiga de María, socorrera y se enamorara de Ernesto sin saber la relación que le une a su amiga. El maltrato, el alcoholismo y la condición del ser humano tanto positiva como negativa hacen acto de presencia en esta novela.