Tras ganar una mano de ruleta en el Casino de Madrid, Alicia Berenguer se desmaya. Cuando vuelve en sí asegura que ha ido acompañada por un hombre al que ni siquiera es capaz de describir. Ante lo que parece una grave confusión mental, el médico y los enfermeros que la atienden deciden ingresarla en un hospital donde, un año después, sigue acudiendo a terapia y persistiendo en la existencia de ese hombre misterioso que la prodiga todo tipo de atenciones. ¿Es la felicidad de Alicia imaginaria? ¿Es, acaso, menos real que la infelicidad de Marta, su terapeuta; el aburrimiento de Fina, miembro del gabinete de terapia; o los sueños cumplidos de Manuel, su único valedor dentro del hospital?
¿No deberíamos todos aprender a ver la vida con los ojos de Alicia para convencernos de que la capacidad de transgresión no tiene fecha de caducidad y de que nunca es tarde para recuperar nuestro lugar en el mundo?