La publicación póstuma de El primer hombre, en 1994, provocó un profundo cambio en la recepción de la obra de Albert Camus, pese a que nunca dejó de contar con el favor de los lectores. En este libro, José María Ridao indaga en los motivos profundos y menos analizados de esa transformación, pero también, y sobre todo, en aquellos aspectos del trabajo literario y filosófico de Camus en los que, por encima del elogio y la admiración actuales, siguen vigentes los tópicos y las interpretaciones interesadas y erróneas que sirvieron para despreciarlo como un pensador sin formación y un autor de "historias bonitas". Ridao revela para ello la consolidada tradición filosófica en la que cobran sentido las posiciones morales de Camus ante las encrucijadas mayores del siglo xx, así como los condicionantes biográficos y la retórica de la que se vale para expresarse, más relacionada con los problemas del decir filosófico que con simples cuestiones de estilo como interpretaron sus adversarios. Con El vacío elocuente Ridao alerta, en suma, contra la estéril hagiografía de Camus que, tras rescatarlo del limbo en el que intentaron confinarlo Sartre y los existencialistas, está ahora impidiendo distinguir el interés intelectual por una obra y la devoción emocional hacia un hombre.