En El último coto, Miguel Delibes recoge la crónica de sus aventuras al aire libre durante los últimos cinco años. No le interesa tanto reproducir sus correrías cinegéticas como mostrar su preocupación por una naturaleza que se degrada y por la progresiva desaparición de especies, a la vez que plasmar aquellas atractuvas novedades que el campo revela a unos ojos acostumbrados a mirarlo.