La consecuencia de su decisión será el destierro. La separación brusca y cruel de su familia y su hogar. Sus tentativas de volver se verán frustadas una y otra vez por la avaricia e ignorancia de los suyos. Su vida se consagra a un solo empeño: ver a sus hijos.
Pero estos la rechazan al aceptar el abandono como motivo de su desaparición. Su vida consituirá un misterio para ellos, su muerte será el inicio de un caminio, bien pautado, hacia la Verdad con mayúsculas. Su nieta, Marina, junto a una madre recelosa, la hija de Justina, aceptarán hacer ese camino. A lo largo de él se adentrarán junto al lector en esa Verdad, paso a paso, capítulo a capítulo. Hasta el último. La historia de tres generaciones que quedaron marcadas por una ermita, San Baudelio de Berlanga, sus pinturas y sus gentes.