«Pocas cosas existen tan cargadas de magia como las palabras de un cuento», escribe Ana María Matute, y la magia es, con la sensibilidad, la desolación y la ternura, la constante de los trece relatos que integran este libro. En «El tiempo» ?el cuento que da título a la obra? la escritora nos acerca a un niño que se desespera por tener apenas catorce años; «La ronda» se centra en la última noche de un hombre antes de irse a la guerra; «Los niños buenos» pone de manifiesto de modo irrefutable que la mente infantil no distingue entre el bien y el mal?
Semejantes y diversos, todos los personajes de este libro muestran una rara sabiduría forjada en la soledad, la necesidad o el desarraigo. Ana María Matute nos presenta una vez más su singular concepción de las emociones de niños y adultos, íntima, estremecida y luminosa. Y de pronto, en ese conciso límite entre lo real y lo fantástico, la tristeza se hace poesía.