En esta obra, la Avenida es un lugar que aporta ese toque de magia cotidiana que puede encontrarse en la estación de tren de la película La invención de Hugo.
Desde su inauguración en 1940 como las primeras galerías subterráneas en Europa, la lujosa Avenida de la Luz es un espejo de los cambios de la Barcelona de posguerra.
Julia, una joven criada recién llegada a la ciudad, iniciará un romance con un revisor del tren de Sarriá y, años después, una pasión prohibida que le traerá terribles consecuencias. Ella será testigo de la evolución a lo largo del tiempo de la galería y de algunos de sus comerciantes como Rosita, hija de los dueños de la pastelería, que vivirá su primer amor con el acomodador del cine Avenida de la Luz, mientras sueña con el aprendiz de barbero, implicado en actividades políticas.
Una dama de misteriosa fortuna que abre una tienda de máquinas de escribir. Una perfumera que se relaciona con hombres poderosos del régimen. Un ferroviario que escribe poemas mientras pasea entre las columnas. Estos son los personajes que configuran un mundo que va cambiando, década a década, siguiendo el emocionante latido de Barcelona desde la posguerra hasta el final de los ochenta.