Cádiz, encerrada entre sus murallas y el mar y carente de espacio para su esparcimiento, convertirá el teatro en la principal diversión ciudadana. El teatro impregnará la vida social de la ciudad, desde el primer corral de comedias al teatro cosmopolita de la ciudad ilustrada del siglo XVIII, formando en la centuria siguiente una afición teatral que llegará a todos los barrios y a todas las clases sociales de la ciudad.