Si me pides el corazón, te lo daré entero. Si me pides los recuerdos los escribiré y los pondré encima de una bandeja con su silencio cortado, para entregártelos y que luego puedas hacer con ellos los que quieras, imaginarlos dentro de ti por ejemplo, o convertirlos en letras profundas que escriben palabras hermosas, o desordenarlos para organizarlos según el orden que les procure tu memoria...