Argumento de El Soñador Errante
El mar y la literatura fueron las grandes pasiones de Pierre Loti, un autor tan inusual y prolífico que ha inoculado la pasión por las cosas del mundo a más de una generación de escritores y viajeros, y no solo en Francia. Excesivo, barroco, amante de los disfraces y la heterodoxia, su literatura es la huella de un talante neorromántico y una inquebrantable sed de libertad. Famoso y reconocido desde muy temprano, su experiencia en Japón, que relata en su novela Madama Crisantemo, fue inspiración semibiográfica de dos famosas óperas: la que lleva el mismo nombre, de André Messager, y Madame Butterfly, de Giacomo Puccini. Álex Fraile sucumbió a la admiración por este personaje superlativo; a veces provocador, otras, extravagante o cínico, pero siempre rendido a los encantos de lo desconocido. Desde hace años el autor de este relato ha ido visitando muchos de los lugares donde vivió el famoso escritor francés, ya sea China, Japón, Turquía, Senegal, Camboya, Birmania o Madrid y Andalucía, donde pasó su luna de miel, sin olvidar el país vascofrancés, donde murió. Escenarios revisitados con sus obras bajo el brazo, transformados irremediablemente por esa masa turística que Loti ya olió y despreció, pero que todavía conservan rincones y aromas tal como los percibió el marino Loti en un tiempo en el que el mundo aún parecía lejano y secreto.1