Argumento de El Solar del Privado: Diálogos Humanistas en la úbeda del Renacimiento
En El solar del privado se nos narra cómo Francisco de los Cobos, el personaje más influyente en la corte de Carlos V según sus coetáneos, deja en manos del deán Ortega, su hombre de confianza, la construcción del Salvador en Úbeda como capilla mayorazgo y futuro panteón familiar. El lector asiste con verdadero placer, mediante la recreación dialogada, a un recorrido por la historia de la familia entre el apogeo de su privanza y la muerte de su viuda, María de Mendoza, ocurrida cuarenta años después que la de su esposo; y con ella, a los acontecimientos más destacados de la época imperial y del reinado de Felipe II. Cobran vida en las páginas de este libro los verdaderos artífices de la obra: Andrés de Vandelvira, arquitecto, Esteban Jamete, escultor, y el deán Ortega, su mentor. De su mano recorrerá el lector el programa escultórico de la Sacra Capilla, muestra evidente del sincretismo renacentista, y enmudecerá ante las trabas ideológicas que preludian las nuevas corrientes. En la historia de Europa se han sucedido una serie de acontecimientos que orientan por otros derroteros el desarrollo de las artes y de las letras impulsado por el Renacimiento italiano. Las disposiciones finales del Concilio de Trento afectan no solo a lo estrictamente religioso, íntimo y espiritual, sino que lo impregnan todo: las artes, las buenas letras, las ciencias Se suman a esta historia personajes como Luis de Carvajal, teólogo antierasmista, Francisco Toral, primer obispo del Yucatán entre los mayas, Diego Pérez de Valdivia, rector de la vecina Universidad de Baeza, Isabel y Leonor la Beata, hermanas de Cobos, Alexia, la esclava negra ya manumitida, Esteban, fámulo del deán, ya tridentino, así como el primer capellán del Hospital de Santiago, don Pedro Becerra, y el propio obispo de Jaén, Diego de los Cobos, sobrino del privado. Y junto a ellos, hombres de armas de la talla de Hernando Cortés, Hurtado de Mendoza, Alfonso de Ávalos o aventureros como don Alonso Enríquez de Guzmán y santos como Francisco de Borja, IV duque de Gandía. Un recorrido, en fin, por cuatro décadas de nuestra historia (1541-1581), por una etapa de nuestro pasado que en buena medida encierra las claves de al menos los dos siglos venideros.0