A principios del siglo XIV, los templarios deciden ocultar el valioso legado que custodia la orden, un símbolo de vital importancia y valor incalculable para la humanidad, en un lugar del Pirineo aragonés.
A comienzos del siglo XX, Alfonso XIII desarrolla el proyecto de construcción de una polémica línea de ferrocarril que cruce los Pirineos para unir Aragón con Francia. Sin embargo, el más ambicioso puente tendido entre los dos países puede poner en peligro el Santuario que los herederos de la orden clandestina han jurado defender a cualquier precio...