La arquitectura del drama se vertebra a través de una tetralogía, es decir, cuatro actos convencionales. Se incluye también un acto satírico o sainete. Esta obra centra su hilo argumental en la figura de Don Pedro I, el personaje más dramático, más grandioso y colosal de entre todos nuestros Reyes de la Edad Media, así como en la figura de su hermanastro, Don Enrique de Trastámara, el cual conseguiría la corona de Castilla después de consumar el fratricidio de Montiel. Se ponen en escena diversos pasajes de la vida de Don Pedro así como el hecho trascendental de su muerte, acaecida en Montiel el 23 de marzo de 1369, tratando de combinar el rigor histórico con algunos trazos imaginarios, sin desdeñar en ningún caso la cronología e idiosincrasia de los personajes coetáneos que intervienen. Escenas como La Favorita, El Cardenal y el Rey, La coronación de Burgos, La Batalla de Nájera, El rey Don Pedro en Montiel, El Romance de Blanca de Borbón, María de Padilla, Ni quito ni pongo rey o La noche de los espectros nos introducen en el ecuador del calamitoso siglo XIV de la mano de este rey violento y pasional. Por otro lado, el sainete MARÍA CORONEL nos presenta en clave de humor la persecución de que fue objeto Doña María Coronel por parte del rey Don Pedro en el convento de Santa Clara de Sevilla.