El joven Dorian Gray es retratado por Basil Hallward, pintor subyugado por la belleza de su modelo, a quien cree la fuente de su mejor momento artístico. A través de Basil, Dorian conocerá a Lord Henry Wotton, un aristócrata que lo educará en la idea hedonista de la persecución de la belleza y el placer sensual como único objetivo digno de abrazarse. Dorian, al entender que su belleza está destinada a declinar, deseará que sea el cuadro, y no él, quien sufra esta degradación.
Una vez superados los temas de la novela que escandalizaron a la Inglaterra victoriana -la autonomía moral del arte, la sexualidad de los personajes o su férreo hedonismo-, "El retrato de Dorian Gray" (1891) es en la actualidad una obra fundamental del decadentismo y un clásico moderno de la literatura occidental.