Todas las funciones del organismo transcurren en un ciclo que se repite cada 24 horas. Así, del mismo modo que conocemos el ciclo del día y la noche, también cada órgano, e incluso cada célula, tiene su propio horario. Nosotros podemos sacarle provecho a este mecanismo corporal, ya sea profesionalmente, en nuestra vida cotidiana, o bien al tomar un medicamento. La expresión «reloj orgánico» está basada en la medicina tradicional china y parte de la idea de que el cuerpo humano se rige por un ciclo energético (Qi) diario. Esto significa que cada uno de los sistemas del organismo (meridianos) tiene su horario de máxima actividad. En consecuencia, las molestias que aparecen en un momento concreto nos advierten del órgano donde se encuentra el problema y podemos elaborar un diagnóstico para tratarlo correctamente.
Explicado de forma sencilla, el doctor Ursinus nos describe en este completo libro que las enfermedades no deberían verse como un mal menor, sino como una señal que el cuerpo nos envía para que lo escuchemos y respondamos de inmediato.