SOBRE LA AVENTURA, EL AMOR, LA AMISTAD, LA MUERTE, EL DIABLO Y SU MESÍAS. Este es el hilo conductor de El Reino del Diablo. Como una antigua película del Hollywood clásico, donde la trama nos lleva de elegantes flirteos románticos a oscuros callejones en los que la muerte sacude a los personajes; de la inocente visita de una madre posesiva hasta la megalomanía de poderosos individuos que manejan el destino del planeta. Todo conducido por un espíritu realista, costumbrista a veces, pero donde la fantasía juega un papel integrador dando coherencia sin aportar frivolidad. ¿Dónde está el bien y dónde el mal? ¿Resulta pertinente afirmar que el orden establecido da firmeza al mundo? ¿O son las desbocadas pasiones, idealistas y románticas, las que aportan un caos embellecedor al destino? La propuesta que se nos plantea es oponer la humanidad apasionada a la aparatosidad maquinal de las estructuras sociales, sacudir las conciencias para reaccionar contra los estereotipos, alienantes y manipuladores, que otorgan poder a unos, miseria a otros, y resignación a los más. Damián Castellano, Laura Golmayo, sus amigos y sus opositores se agitan en la macabra danza de Kali hasta el desenlace final, en un clímax de pasión y muerte, de amor y olvido, y de esperanza sosegada. Una conspiración internacional, el Gobierno Mundial en la Sombra, agencias de espionaje, poderes financieros, crímen, venganza, amor, muerte y un pacto con Lucifer. Los protagonistas, Damián Castellano y Laura Golmayo, en un viaje sin retorno a través de Europa y Estados Unidos donde se enfrentarán a los poderes muy reales que dominan el mundo. Nada volverá a ser igual.