El amor onírico universal en la literatura árabe moderna pervive a través del amor filial, producto de una relación obligada padre-hijo pero que, no por no poderse elegir tanto una figura como otra, contiene valores humanistas que llegan a conmover por su lealtad a la figura, siempre venerable, del padre. El autor no escapa a ésta dinámica y, es más, la utiliza como un vehículo de información y comunicación de la actual sociedad árabe, que el autor sitúa geográficamente en la Península Arábiga de nuestros días y que está inmersa obligadamente en los diferentes trenes y transbordos que tienen su estación término en una meta llamada modernidad.
Tomás Navarro