Monumento de hierro construido en 1981, época en la que no había electricidad, ni en muchas poblaciones agua corriente. Se trabajaba a gran altura y, mayoritariamente, de noche. Además, los sucesivos equipos de trabajadores tuvieron que solventar dificultades para mantener el puente en funcionamiento día y noche.
Se construyó como un objeto de artesanía y, por más de que se le haya dotado de los equipos e instalaciones más modernos, sigue manteniendo ese halo de singularidad. Razón por la que cada vez que había que sustituir o implantar algo debía de comunicarse minuciosamente a los miembros del equipo de conservación y a los colaboradores externos. Por todo ello, surgieron los esquemas, dibujos y planos que se preparaban para muchas de las intervenciones que se aplicaron al puente desde el día 1 de enero de 1996, cuando la empresa El Transbordador de Bizkaia S.L. se comprometió ante el pueblo a mantenerlo en funcionamiento y a conservarlo.
Esta obra refleja el esfuerzo y tiempo empleados para crear elementos nuevos o para sustituir otros que fueron cediendo a la presión del tiempo. No todo lo que el libro muestra fue una realidad, porque muchos elementos no llegaron a ejecutarse, no obstante, ofrece una imagen «más entrañable» que los planos oficiales, las actas y los informes técnicos de obra.