Juan de Olivenza recibe una visita inesperada de Laura Sanromán, visita que supondrá un cambio radical en su vida. Durante un día y una noche, la víspera de un acontecimiento crucial cuyo resultado decidirá su destino, escribe febrilmente y a vuela pluma sus recuerdos desde la adolescencia hasta el presente. Entre la evocación y la confesión, el narrador reflexiona acerca de la naturaleza del amor y de la precariedad de todo conocimiento.