A través de rápidas escenas, descritas con precisa maestría, asistimos al proceso por el cual Henri se incrustará en la familia de los Vernet, hasta convertirse en el imprescindible invitado, que poco a poco irá socavando la anodina inmovilidad en la que vive la familia. La novela avanza hacia terrenos escabrosos, adulterios presentidos que terminarán abruptamente.
El humor mordaz e inteligente y la amenidad constante constituyen elementos característicos del modo de hacer de Jules Rénard, evidentes en esta Madame Bovary moderna, que proporcionó el éxito definitivo a su autor.