Argumento de El Pájaro y la Piedra
Una introspección sobre el paisaje, desde una emotividad contenida y en ocasiones expansiva, marca, define y conforma la esencia de este poemario estructurado en tres partes. En él se nos ofrece una depuración expresiva sobre conceptos fundamentales: la noche, la claridad, la lluvia, el aliento del otoño, la llanura o el horizonte. El ojo, la mirada y la palabra se introducen en esos conceptos y articulan una armonía en la que no tienen cabida lo insustancial o lo irrelevante. Poesía con matices filosóficos en la que algunas composiciones recuerdan y rinden homenaje a José Ángel Valente y Juan de la Cruz.1