Eduardo Vilas es un buen narrador de cuentos, en clave fantástica. Utiliza el énfasis y la repetición para que el cuento no se aparte de las antiguas narraciones del cuento de hadas, dotándolo así de un cierto aire vetusto y hermoso, que suena bien al lector. El cuento lo es igual para adultos o infantes y encierra también la vieja moraleja de la caída al no seguir un consejo y adentrarse en la vida que es fatiga y ardor, esencia de la propia vida.
Jaime Martínez, ilustrador, presenta una sucesión de dibujos sobre la historia narrada de gran virtud expresiva. Con líneas gruesas y repetidas- al igual que le ritmo de la narración-, el dibujante ofrece, al lector y espectador de las ilustraciones del libro, los personajes de la historia: el arquero, el rey, el caballo, la princesa Vasilissa Zarevna, el pájaro de oro, así como los boscajes por los que atraviesan las aventuras y los interiores de las tiendas.