La muerte de Jesús, más que un fin, fue el comienzo de un movimiento religioso, el cristianismo, de dimensiones universales. Al principio, no obstante, las cosas no fueron sencillas, pues el judeocristianismo se vio envuelto por sombras de luchas, censuras y tergiversaciones que suscitan diversos interrogantes. ¿Existió más de un cristianismo? ¿Lideró un hermano de Jesús, tras su ejecución, la primitiva comunidad judeocristiana que surgió en Jerusalén? ¿Hubo enfrentamientos y purgas entre los primeros grupos de cristianos a cuenta de su diferente interpretación de la vida, magisterio y muerte de Jesús? ¿Hay algún testimonio escrito anterior a los evangelios que pueda considerarse como el «testamento de Jesús»? ¿La Iglesia paulina triunfante manipuló, censuró y destruyó las evidencias de la existencia de un cristianismo distinto al oficial y tergiversó la biografía y enseñanzas de Jesús para mimetizarse con la estructura de poder imperial romana? ¿Qué mensaje nos transmite el único testimonio textual sobreviviente de la corriente religiosa judeocristiana primitiva integrada por los nazarenos? ¿Qué relación hay entre la tradición sapiencial judía, el magisterio de Jesús y las filosofías y religiones orientales? ¿Qué puede aportar a los hombres y mujeres del siglo XXI la sabiduría de Jesús preservada por sus herederos legítimos?.