"No tendrías ningún poder sobre mí si no te hubiera sido dado de lo alto", dijo Jesús a Pilato según Jn 19,11a (trad. de Nácar-Co/unga). En este texto, traduciendo la palabra griega exousia por "poder" se ha pretendido basar el origen divino del poder.
La obra consta de dos partes claramente diferenciadas. En la primera se presenta e análisis gramatical, lingüístico y semántico de Jn 19,11 a, mostrando que este versículo del evangelio ha sido frecuentemente mal traducido a lo largo de los siglos. Los traductores cometen hasta cuatro errores gramaticales que dan lugar a una falsa interpretación del texto, como si éste fundamentase "el origen divino del poder". Según el autor, Jn 19,1 la no habla del "poder", sino de la "libertad" del hombre que Dios respeta.
Este análisis queda confirmado en la segunda parte de la obra en la que se estudian los autores (políticos, filósofos, exegetas, teólogos, moralistas o predicadores) que han utilizado el texto de Jn 19,1 la hasta el final de la edad media.
Como causante de la falsa interpretación del texto, el autor pone a Agustín de Hipona (S. V), en pleno cesaropapismo. La interpretación de Agustín, sin seguidores en los siglos siguientes, no encuentra eco hasta mitad del 5. XII. A partir de esta fecha, y en medio de luchas ideológicas de poder cada vez más intensas, la falsa interpretación del texto queda consagrada oficialmente.
No obstante, la verdadera interpretación del texto, la que lo refiere a la "libertad", tiene en cada siglo algunos defensores, no pocos de ellos tenidos por herejes. Estos, sin embargo, han quedado relegados por la interpretación oficial que pretende utilizar el texto como prueba del origen divino del poder.