Realizamos un trabajo de campo con 1818 alumnos de 2º, 3º y 4º de Educación Secundaria de 15 centros educativos y les aplicamos dos pruebas: el Test de aptitudes musicales de Seashore y el Cuestionario de hábitos musicales de Pedro Luís Nebreda, una vez analizados los resultados observamos que la edad y el nivel educativo ejercen una influencia positiva en la discriminación de las aptitudes musicales, como también el hábito de escuchar música clásica, el hábito de la practica instrumental y el hábito de la práctica vocal. Así mismo más del 90% de los adolescentes acostumbra a oír música de fondo cuando realiza alguna actividad y les gustaría asistir a conciertos en directo si es música de su gusto.