A propósito de esta novela, su autor dice en el prefacio: «Un negro en el alcázar de un barco británico es un ser solitario. Carece de amigos. Sin embargo, James Wait, temeroso de la muerte, que convirtió en su cómplice, era un impostor con carácter: dominaba nuestra compasión, se burlaba de nuestro sentimentalismo y salía victorioso ante nuestras suspicacias ... (James Wait) representa simplemente el centro de la psicología colectiva del barco y el eje de la acción ... Es el libro mediante el cual, quizá no como novelista, sino como artista que busca la máxima sinceridad de expresión, pretendo perdurar o desaparecer. Sus páginas constituyen el homenaje de mi afecto inalterable y profundo por los barcos, los marinos, los vientos y el mar inconmensurable: los forjadores de mi juventud, los compañeros de los mejores años de mi vida».