La ciudad contemporánea es el resultado de su extensión continuada sobre el territorio, apoyada en la invención de diferentes infraestructuras de servicios que han aumentando progresivamente el radio de influencia de lo urbano. El suministro de esos servicios ha permitido a los ciudadanos gozar de una mejor calidad de vida, pero también ha conllevado un deterioro abusivo de los recursos medioambientales. La historia de cómo esas infraestructuras han determinado las diferentes formas de organización de la sociedad urbana actual es pareja con la de cómo el consumo de territorio se ha convertido en uno de los más relevantes negocios de la sociedad capitalista. Este libro está dedicado a analizar esa historia, con la convicción de que sólo puede proponerse un futuro mejor sobre el conocimiento de los mecanismos que nos han llevado a nuestra situación actual.