Fue un fenómeno internacional, pues en diversos países un mismo ideal revolucionario empujaba hacia la violencia a los anarquistas, que leían a los mismos autores, se carteaban entre sí y se desplazaban a través de las fronteras. En aras de la revolución mundial había incluso militantes dispuestos a matar y morir fuera de su país, como lo hicieron los italianos Caserio y Angiolillo, que asesinaron al presidente francés Carnot y al jefe de Gobierno español Cánovas del Castillo. Se imponía pues un análisis conjunto del desarrollo que tuvo el terrorismo anarquista en Francia y en Italia, en Alemania y en Estados Unidos, y por supuesto en España, y tal es el propósito de este libro, resultado de la colaboración de siete estudiosos de la materia.