«Los siete ensayos que completan este libro [...] regresan una y otra vez a esos días en los que una joven solitaria y única y convaleciente leía todo lo que caía en sus manos y en sus ojos (novelas rusas, cuentos góticos) y se soltaba del teclado de un piano para colgarse del teclado de una máquina de escribir para así experimentar cómo germinaba en ella el sueño despierto de su primera pero no última misteriosa creación. Óiganla léanla florecer.» Rodrigo Fresán