Con este método podremos abordar situaciones vitales como el vacío existencial, la dificultad de adaptación a la realidad externa, la negación de nuestros sentimientos, la tendencia a postergar decisiones, el victimismo, la agresividad, la impaciencia, la pasividad, el miedo, la rigidez mental o el resentimiento, para poder así dar un gran giro a nuestra vida.
¿Recuerdas la sensación que tenías cuando eras pequeño y disfrutabas de un algodón de azúcar? Será allí donde volverás, a tu niñez, a ese estado en el cual la felicidad se trata simplemente de vivir el momento.