Ya de adolescente, Rosie había sabido que no tenía una sola oportunidad con Cameron Kelly. Mientras ella llevaba coletas y gafas y fregaba platos por las noches para ayudar a su madre, Cameron pertenecía a una de las familias más ricas de Brisbane. Pero años después volvieron a encontrarse y Rosie aceptó una cita con el guapísimo millonario. Había algo diferente en él; lo encontraba más sombrío, más intenso y más peligroso. Y, sin embargo, estaba decidida a ignorar su regla de las tres citas para conseguir su corazón.