El mágico prodigioso (1637) forma parte de los dramas religiosos (comedias de santos) escritos por Calderón, según su interpretación de la Biblia. Esta obra es una de las más representativas del teatro del siglo de oro por el calado filosófico y teológico de los temas tratados, la potencia de la devoción ante lo divino, y su fuerza visual. El mágico prodigioso relata la leyenda de san Cipriano y de santa Justina de Antioquía, mártir cristiana del siglo III y debería ser representado en la celebración del Corpus Christi. Cipriano lucha contra el Demonio en una epopeya del teatro de la ilusión y del desengaño.