Quizá te han dicho que no hay recursos, contactos, ni oportunidades y que el camino está lleno de obstáculos; pero un soñador sabe que solo se necesita la fuerza del corazón para materializar lo que anhela. Por eso quiero que juntos descubramos cómo la vida nos brinda las lecciones para cumplir con nuestras metas.
Al compartir contigo mis recuerdos y ocurrencias, las experiencias que me han marcado, y algunas de las recetas que más me gustan, quiero darte un reconocimiento a ti, como público, porque me has acompañado a través de los años y me has mantenido en los escenarios. Y al mismo tiempo, deseo que hagas tuya una lección que está presente en estas páginas: somos al mismo tiempo la causa y el efecto. Esta simple y poderosa afirmación es la llave para entrar a ese espacio que ya conoces pero que has olvidado. Al lugar en el que todo es posible: ahí donde tus sueños habitan.