El libro de buen amor muestra el temperamento del arcipreste de Hita: exuberante, jovial, amigo de «judías e moras» y de «escolares nocherniegos». El texto muestra una imagen galante del Islam y el judaísmo. En su sacerdocio Juan Ruiz asumió los principios religiosos de la Iglesia, aunque estimuló el goce de los placeres. Su poema tiene propósito doctrinal; muestra, sin embargo, un espíritu burlón. Incluso se utilizan con fines profanos los principios religiosos.