León Daniel María Bonaparte, más conocido como León de Bretaña, el del Glorioso Cuerpo Resucitado, monarca coronado del Reino de la Vía Láctea a quien, como a los ángeles, le nacieron a la espalda dos largas alas de plumas blancas, recibe entre las sombras de todos los difuntos que lo acompañan, junto al Bicéfalo Príncipe de Caldaloba -su amigo y casi tutor Don Enrique de Dos Cabezas- y al infatigable Merlín Nigromante, la noticia de que los Reyes Magos vienen a su encuentro, fieles al mandato de las señales que, con la luz de los prodigios, brillan en el cielo.