Con El jugador , Dostoyevski emprende un viaje a los infi ernos mientras explora las facetas más oscuras del temperamento humano. La avaricia, el odio, la venganza y la adicción son las protagonistas de una historia de miseria y descontrol donde los personajes, como la ruleta a la que juegan sin parar, dan vueltas y más vueltas en busca de sentido, o de un atisbo de felicidad.
Stephane Miquel se atreve con la adaptación de un clásico universal y consigue mantener la tensión y la angustia existencial de la novela, acompañado impecablemente por los dibujos de Godart .