Cuando una tarde sombría de 1990 suena el teléfono, Grégoire Bouillier no puede imaginar que quien lo llama es la mujer que lo abandonó años atrás sin mediar palabra. Como tampoco puede adivinar el motivo de la llamada: nada de disculpas o explicaciones, sino una invitación para una fiesta de cumpleaños. De una mujer a la que ni siquiera conoce, la artista Sophie Calle. Esta es la historia real de cómo un hombre superó una pérdida amorosa, aprendió a amar de nuevo, recobró su fe en la literatura y se gastó el dinero de un mes de alquiler en una botella de Margaux del 64.