Argumento de El Incendio de las Horas
En este libro la autora explora su yo con un afán y una intensidad magníficas. Sus escenarios repletos de cotidianidad tienden un poderoso y sugestivo nexo al lector, que es incendiado por el espíritu de búsqueda, de victorias y derrotas que la autora hace brotar de lo más hondo de su mente. El tedio, el anhelo, el aprender a despedirse, todo ello en unos versos de una enorme pericia poética en los que nada falta y, quizá incluso más importante, nada sobra. Hay, además, una excelente intuición creativa en toda la esencia de la obra, en la medida en la que, en un intento supremo por acabar con las jaulas que atoran la propia concepción del ser, Juana Vázquez Marín desdeña las máscaras exuberantes que tan a menudo revelan inseguridad para acudir al lector con su rostro vivo, llameante, reconocible, espejo de una vitalidad sensible que pisa un brumoso camino tendido hacia un futuro que tiene tanto lo malo de lo incierto como lo malo de lo predecible.1