Gracias al extenso vocabulario del capitán Haddock, en este libro podemos disfrutar de un sinfín de posibilidades para aquellos momentos en los que queremos (y a menudo, necesitamos) descargar nuestra ira con los que nos rodean. Puede el lector encontrar aquí la manera de insultar a sus congéneres a la vez que los instruye. Al mismo tiempo que ensanchamos los límites de la lengua, damos testimonio de la feroz fantasía del Capitán.