El 11 de junio de 1940, Italia entera celebra la entrada en guerra como si fuera un «billete de lotería premiado». En Vigàta, tras cinco años de confinamiento por «difamación sistemática del glorioso régimen fascista», Micheli Ragusano se presenta de improviso en el Círculo Fascismo y Familia. Como era de esperar, nadie lo saluda, pero los ánimos se encrespan y la tensión sube hasta que Manueli Persico, ferviente fascista de noventa y siete años, cae fulminado por un infarto. Empieza así una curiosa y disparatada ronda de homenajes y celebraciones póstumos, en la cual, entre verdades soterradas y sospechas maquilladas, cada uno ejercita a su manera ese arte tan sutil propio de todas las épocas: el revisionismo y la componenda.