Tras su celebrado Con tal de no morir, el autor nos entrega un segundo libro de relatos en el que vuelve a brillar la peculiar fusión de lo cotidiano y lo extraño, lo humorístico y lo patético, en títulos como «A su edad», una incisiva parábola contemporánea, o «Un sueño de la diosa», con su sugestivo trasfondo hindú. Una muchacha con un perfume cítrico y un crítico de cine amargamente autocrítico acompañan la perplejidad del viajero protagonista de «La ciudad dormitorio», mientras que las crisis conyugales adquieren perfiles turbadores en «El cuento de Gógol» y «El buda bajo el agua». En la segunda mitad, cuatro extensos relatos que son un homenaje a Henry James, ya que, partiendo de las ocurrencias y esbozos que el novelista americano anotó en sus diarios como posibles argumentos de narraciones que nunca escribió, Molina Foix ha desarrollado cuatro de ellos: una saga familiar de trepidante peripecia cosmopolita («La segunda boda»), la conmovedora historia de amor de una pareja de profesores ingleses («Los otros labios»), la carrera de un pintor tan presuntuoso como huidizo («El cuadro familiar»), y en el que da título al libro, la relación que un hombre mantiene, a través de unos muebles, con su pasado y con el porvenir de sus ilusiones.