A los cuervos les gustan las historias, al fin y al cabo son descendientes de Pensamiento y Memoria, compañeros de Odín. Y muchos son los nombres que reciben los grajos cuando vuelan juntos: parroquia, parlamento o narrativa.
La historia de William Bellman -que mató un grajo a los 10 años- trata de los sueños de la infancia, la superación personal y profesional, y la batalla contra el tiempo y la muerte, que estamos destinados a perder.¿En qué se diferencia un grajo de un hombre de luto? ¿Y una sombra de un recuerdo?